El consumo de insectos beneficia tanto a nuestra salud como al medio ambiente
¿Os imagináis ir a un restaurante y en vez de pedir un solomillo o una merluza os pedís un revuelto de larvas o grillo frito? Pues dejad de imaginad porque esto ya es una realidad. Aunque parezca mentira, en la actualidad cada vez existen más restaurantes y comercios que ofrecen estos productos. Y no os penséis que solo lo compran cuatro personas, más bien todo lo contrario. Son bien conocidas las ventajas que ofrecen los insectos tanto para nuestra salud como para el medio ambiente, pues su producción es mucho más sencilla que la de la carne convencional. Entonces, si es tan bueno comer insectos, ¿por qué nos produce tanto rechazo? La respuesta la encontramos en nuestra cultura. Y es que nos resulta extraño y desagradable ver a alguien comerse unos grillos, pero aceptamos como normal que alguien deguste un plato de caracoles.
Dado el creciente éxito que está experimentando este tipo de gastronomía, cada vez se regula la comercialización de más insectos. Actualmente, existen cuatro que ya cuentan con la aprobación de diferentes organismos dedicados a darle el visto bueno a todos los productos que se comercializan. Estos son larvas del gusano de la harina, el grillo doméstico, la langosta migratoria y las larvas de escarabajo del estiércol.
Algunas de las propiedades que aportan los insectos son la gran cantidad de proteínas y hierro, sin olvidarnos de vitaminas, proteínas, minerales y fibra. Pero además es que su producción es mucho más beneficiosa para el medio ambiente que la de la carne de cerdo, ternera u otro animal. Así que ya sabéis, más pronto que tarde nos haremos expertos en preparar recetas basadas en insectos.
Sin embargo, hay que tener mucho cuidado con su consumo, ya que no podemos comernos cualquier insecto que veamos por la calle, sino que tenemos que consumir productos que hayan superado todos los controles pertinentes. Además, las personas que padezcan alergias alimentarias deben prestar atención a la hora de consumir insectos, en especial, aquellos que sean alérgicos a los crustáceos.