Problemas como la ansiedad, la depresión, la baja autoestima o es estrés están directamente relacionados con el uso de estas redes sociales
Las redes sociales son nuestro medio de comunicación, nuestro escaparate social y nuestro modo de descubrir cosas nuevas. Las redes sociales nos transportan a lugares que nunca hemos estado, nos ponen en contacto con gente a la que jamás podríamos acceder y nos muestran la vida de aquellos a los que queremos parecernos.
Todo en las redes sociales parece estar hecho para mejorar nuestras vidas, hasta que deja de hacerlo.
Varios estudios a lo largo de los últimos años han demostrado que estas plataformas tienen sus consecuencias negativas en nosotros. Ansiedad, depresión, estrés, alteración del sueño, baja autoestima, sentimiento de soledad, etc.
A su vez, las redes son canal también para mucha gente, que hacen uso de ellas para llegar a otras personas y atormentarlas. Términos como ciberacoso, grooming, suplantación de identidad y más, parecen estar a la orden del día.
¿Cómo hemos llegado a este punto?
Un hecho que parece haberse olvidado, sobre todo entre los más jóvenes, es que estas aplicaciones y plataformas no son más que meras herramientas. Herramientas para nuestra comodidad. Sin embargo, cuando esa comodidad y nuestra propia salud mental se está viendo afectada, tal vez debamos plantearnos detenernos y recapacitar.
Las redes sociales son muy guais, vale. Las redes sociales son muy útiles, está bien. Pero, ¿tengo que destrozarme como persona por ellas? Eso sí que no.
A pesar de que parece que llevan toda la vida con nosotros (porque para algunos es así), estas redes son algo nuevo. No son más que herramientas salidas de control que lo que necesitan es que se las reconduzca.
Tal vez, sea necesario cortarle las alas a todas estas multinacionales de la tecnología, que se lucran a base de usuarios pero sin tomar ningún tipo de medidas para su protección. Tal vez, sea necesario una educación desde temprana edad para luchar contra los efectos de las redes. Tal vez, se deba concienciar sobre cómo nosotros usamos las redes y no ellas a nosotros.
Pero no tendría que haber ningún “tal vez” cuando lo que está es juego es nuestra salud mental. Necesitamos cambios, y los necesitamos ya.