Ariadna Siri, psicóloga de las inferiores del Racing de Santander comenta como se ha de trabajar la psicología en equipos de niños
Ariadna Siri Schuchner es entrenadora de hockey, educadora en pre-deporte en el colegio de San Agustín y psicóloga de la cantera del Real Racing Club. Todo esto compaginado con sus estudios. Ariadna es graduada en psicología en la Universidad Europea del Atlántico y actualmente cursa el último año del grado de CAFYD en la misma universidad. Al estar en la cantera del club más mediático de Cantabria debe lidiar semanalmente con grupos de niños y adolescentes con sus respectivos problemas deportivos.
Centrándose en el ámbito deportivo ¿Cómo se gestiona un grupo de niños?
Lo primero que tenemos que hacer es que los niños se diviertan. Una vez consigamos esto va a ser todo mucho más fácil, te van a hacer más caso, se van a portar mejor, van a tomarse los ejercicios más enserio… No van a haber problemas, o van a ser mínimos, mientras los niños disfruten. A estas edades suelen picarse por trampas pero si se divierten compitiendo entre ellos estas trampas es complicado que aparezcan.
Tras una mala dinámica de derrotas ¿Cómo se revierte la situación?
Tienen que entender que no es todo si se gana o se pierde. Hay que fijarse en que cosas han salido bien y que cosas han salido mal. Debemos focalizarnos en si algún niño ha intentado algo nuevo, le haya salido o no, y en base a eso mejorar. Aun así si la dinámica es mala la mejor opción de intentar revertirlo es marcarse objetivos fáciles a corto plazo y que no sean de resultado. Por ejemplo, en vez de ganar el partido podríamos marcarnos un objetivo de intentar dar 10 pases seguidos o intentar que no nos metan gol en los primeros 15 minutos. Ir subiendo la confianza individual y colectiva apoyándonos en esos mini objetivos para poder volver al objetivo principal de ganar los partidos.
Si estos malos resultados abundan ¿Qué consejo das para que los niños no se lamenten por sus errores?
Es crucial remarcar lo que se ha hecho bien. Cuando fallas es muy sencillo quedarte lamentándote por el error, es ahí donde tienen que entrar el entrenador y los compañeros. Hay que hacer entender que si nos ayudamos todo va a salir mejor. Es muy importante crear un grupo de amigos en vez de compañeros. Esto hay que entrenarlo como cualquier apartado táctico o técnico, no se consigue de un día para otro.
Si un jugador está mal psicológicamente ¿Cómo lo ayudarías?
Somos entrenadores, no superhéroes. Si el niño viene mal por cosas extradeportivas podemos hacer que se divierta e intentar que cambie su actitud pero el niño está mal. Tratar que el niño use el deporte como medio de distracción es la mejor opción. Hay que normalizarlo, remarcarle los aciertos y no hacer un mundo de los fallos. En definitiva, si hay motivo intentar hablar con él pues eres uno de sus referentes y buscar soluciones. Si la mala actitud es en base a su personalidad, intentar distraerlo con el deporte.
Un apartado importante en un equipo son las charlas ¿Cómo las gestionarías?
Las charlas no deben de ser psicológicas. Si hay un psicólogo sí, sino no. Hay que saber porque puedes meterte en una situación de donde no vas a saber salir y puede ser perjudicial. En cuanto a las charlas, deben de ser siempre en frío, jamás postpartido en caliente. Por ejemplo hacerlo en el primer entrenamiento de la semana. Hay que analizar los errores de una forma constructiva y colectiva, sin afectar a la confianza propia y de compañeros. Es muy importante entrenar los errores, porque puede ser que se comente un error y no se entrene. Si esto sucede estás engañando a los niños, se les dice lo que han hecho mal pero no se les ofrecen las herramientas para mejorarlo.
La presencias de una niña en un equipo masculino
En la base cada vez es más normal ver a una niña en un equipo masculino ¿Qué diferencias hay entre niños y niñas?
Están en un ambiente complicado. Hay que intentar que estén cómodas y seguras. Intentar no darla demasiadas prioridades, que entienda que es una más. En ocasiones el ser la diferente del grupo la da esas prioridades y puede ser perjudicial en su integración. Lo primordial es eso, que se integre en el grupo, a partir de ahí darla toda la normalidad posible, pero facilitándoselo todo. Por ejemplo buscando un vestuario para ella y que no tenga que esperar a que se cambien sus compañeros. Se puede hablar con los demás niños para que ellos también sean un activo en ese proceso de integración. También hay que hacer que entienda que va a tener que irse a un equipo femenino tarde o temprano, el entrenador debe de ir hablando con ella y barajando esa situación para que no la pille de sopetón.