Estel Azabal estudiante de medicina en la Universitat Rovira i Virgili habla de las lagunas del área en España
Estel Azabal Roig nacida el 20 de junio del año 2003 en Alcover (Tarragona) es estudiante de medicina de primer curso en la Universitat Rovira i Virgili, en el campus ubicado en la localidad de Reus (Tarragona). Pese a que en un principio comenzó estudiando la carrera de enfermería, debido a que la nota obtenida en la selectividad no le permitía ingresar en el grado de medicina, tras cursar el primer año decidió cambiarse. Tal y como asegura su vocación por el mundo de la medicina le viene desde que era una niña, pero considera que su familia y la enfermedad que padece han jugado un papel importante en esta decisión.
P: ¿Qué te llevó a estudiar esta carrera?
R: Sonará típico, pero desde pequeña siempre he querido ser médico. Puede que esté influida por el hecho de que mi madre trabaje en el ámbito de la salud como enfermera o que a los doce años fuera diagnosticada con diabetes tipo 1. Al final, desde hace tiempo he tenido esa inquietud de querer ayudar a la gente y mejorar su calidad de vida. Por lo que fue lógico escoger la medicina como carrera para hacerlo realidad en un futuro.
P: ¿Al ser un campo tan amplio no se te hace costoso tener que estudiar todos los ámbitos?
R: En general, cuando la gente sabe que estudias medicina lo ven como super complicado, pero realmente no la considero una de las carreras más complicadas ni mucho menos. La dificultad recae en que es una carrera de fondo, que dura 6 años dado a la extensa cantidad de materia. Al principio se hace pesado, pero es progresivo. En el primer año hay menos asignaturas y el temario no es tan denso. A medida que avanzas de curso va a más y pasas de cincuenta páginas a quinientas por asignatura. ¿Lo bueno? Que al final podría decir que estás entrenado y lo llevas mejor. Aun así, continúan estando esos momentos de saturación y de no poder más.
P: ¿Una vez terminada la carrera, en qué área te gustaría especializarte?
R: Es muy complicado decidir en el punto en el que estoy la especialidad a la que me gustaría dedicarme. Aún no he podido estudiar todos los temas (ginecología, cirugía, cardiología, etc.) ni tampoco he empezado con las prácticas en el hospital. Por lo que, no estoy del todo segura de que es lo que más me va a gustar o lo que no. Lo que sí tengo bastante claro, es en dedicarme a una especialidad quirúrgica y no puramente clínica.
“Gran parte de los estudios que se llevan a cabo en el país son gracias a la recaudación de dinero que organizan los propios pacientes”
P: ¿Crees que el dinero que aporta el gobierno es suficiente para investigar sobre las curas de distintas enfermedades?
R: Claramente no. Las ayudas que ofrece el gobierno se quedan cortas para todos los estudios y proyectos que requiere la investigación en sanidad. Todo el equipo clínico, material, horas de trabajo, etc. requiere de un buen capital y la investigación no es prioridad para el gobierno en España. Gran parte de los estudios que se llevan a cabo en el país son gracias a la recaudación de dinero que organizan los propios pacientes. Un gran ejemplo sería el proyecto de Elena Huelva para la investigación del sarcoma de Ewing que ha conseguido recaudar más de 87.000 euros.
P: Una de las enfermedades por la que se pide más investigación es el cáncer, ¿ A qué crees que se debe? ¿Hay algunas otras que necesitan igual o más investigación pero están silenciadas? ¿Por qué motivo?
R: El cáncer es una de las enfermedades más comunes que afectan a un gran porcentaje de la población tanto adulta como infantil. Debido a la frecuencia de afectación de esta, hay una alta demanda en cuanto a la investigación. Desafortunadamente el campo de la investigación requiere grandes sumas de dinero para poder llevarse a cabo, por lo que al final se ha convertido en una especie de negocio promovido por los intereses. A mayor población con una patología, más atención e investigación para esta. Como consecuencia, muchísimas otras enfermedades con mayor mortalidad son apenas investigadas como es el caso de las enfermedades raras. Al final todas las patologías son igual de importantes a investigar.
P: La sanidad pública es uno de los temas más cuestionados en la actualidad, en algunas comunidades autónomas el nivel de insatisfacción de los ciudadanos es bastante elevado, ¿A qué crees que se debe, y cuál crees que es la solución?
R: Principalmente a la falta de personal tanto en médicos como en enfermeros, además de las malas condiciones laborales que se ofrecen a nivel nacional. Un ejemplo claro es en los médicos de familia. Un solo médico tiene que llegar a atender a 40 pacientes en atención primaria, es prácticamente imposible dado que no puedes disponer del tiempo adecuado que requieren los pacientes, y por lo tanto no se puede garantizar una buena atención.
“No hacemos milagros, pero si todo lo que esté en nuestras manos y más”
P: El Covid supuso un punto de inflexión dentro del mundo de la medicina, y trajo consigo el poner en valor la función de los sanitarios, ¿Tras la pandemia, se nos ha ido olvidando su importante labor?
R: Desde mi punto de vista sí, ha pasado la pandemia y la sociedad ha hecho borrón y cuenta nueva en todo este asunto. No me refiero a que se vuelva a aplaudir a los sanitarios todos los días, porque tampoco sería lógico, pero sí que se debería volver a valorar más este trabajo, y a la vez respetar a todo el personal. Al final es una labor que implica muchas horas y una gran responsabilidad. Hace un tiempo, uno de mis compañeros en prácticas vivió una situación que tristemente no es un hecho aislado, el padre de un paciente gritó y agredió verbalmente al pediatra debido al diagnóstico que este le dio. No hacemos milagros, pero si todo lo que esté en nuestras manos y más.
P: Para finalizar, la medicina al igual que la tecnología está en constante evolución, ¿Cuáles serán los próximos avances y en cuántos años se podrán ver?
R: El futuro de la medicina es la regenerativa, la creación de órganos en 3D mediante la bioimpresión modelar, distintos tejidos y estructuras orgánicas para reparar e incluso restituir órganos dañados a partir de las propias células del paciente. Todo esto aún está en fase de desarrollo, pero si se ha conseguido “imprimir” tejido vivo. El problema está en que este funcione como tiene que hacerlo, y es lo que no se ha conseguido resolver. Por lo que, aún es pronto para poder decir en cuántos años se puedan crear órganos funcionales e implantarlos para que actúen correctamente y no sean rechazados por el organismo.