El número de ludópatas aumenta significativamente entre los adolescentes cántabros debido a unas vagas medidas preventivas

Máquina tragaperras del casino de Madrid. Vía runhorse.com


La ludopatía es una de las adicciones más preocupantes en la actualidad. La desinformación y la facilidad con la que se le presenta realizar una apuesta a personas de cualquier rango de edad puede traducirse en una serie de problemas económicos y sociales fundamentalmente. Conocer el rango de edad es de vital importancia, pues las apuestas entre jóvenes y menores de edad están creciendo en popularidad anualmente. Por último, saber cual es el número de ludópatas que apuesta así como las motivaciones particulares que le llevan a hacerlo es el primer paso para desenmascarar un problema cada vez más arraigado en la sociedad.

Desde hace más de una década, la ludopatía ha adquirido trascendencia como una de las adicciones más recurrentes entre los jóvenes. Su fácil accesibilidad combinado con una falsa creencia de que es posible obtener grandes sumas de dinero son los principales motivos. Estos desencadenantes se intensifican a partir del segundo año desde el comienzo de dicha dependencia, como menciona Montserrat Guerra, psicóloga del gabinete de psicología con su mismo nombre, quien también añade posteriormente: “Llega un momento que no es sostenible, empiezas a pedir dinero, incluso a deberlo, y la bola cada vez se va haciendo más grande”. En ocasiones, como en el caso de Raúl Antunes, jugador casual, la adicción viene de la mano del entorno social del individuo. “El interés surgió debido a que vi a amigos apostar, solían decirme que siempre salían ganando así que pensé yo también podría ganar dinero fácilmente” afirma Antunes.

La adicción en los más jóvenes, además de ser causada por el marco social, está muy relacionada con el consumo de videojuegos.

El último estudio realizado por el Ministerio de Sanidad del Gobierno de España proclama que la posibilidad de realizar ciertas actividades online favorece muchos comportamientos potencialmente adictivos, incluido el trastorno de juego. La inmediatez de la recompensa, la fácil accesibilidad y acceso 24 horas al día, el anonimato y el entorno íntimo que proporcionan las nuevas tecnologías, facilitan la pérdida de control.

En contraste con estos datos, la doctora Guerra apunta que en muchas ocasiones los crupieres o personas con trabajos relacionados son conocedores de cuáles son las consecuencias y tienen un aprendizaje que les permite no caer. La adicción proviene de un sentimiento de satisfacción, la gente ejerciendo estos trabajos dedica 8 horas diarias, en la mayoría de los casos lo último que desean es continuar metidos en el mismo entorno. El hecho de clasificarlo como un trabajo hace que deje de ser satisfactorio para quien lo realice.

 El factor económico-social

De acuerdo con el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales realizado por la Asociación Americana de Psiquiatría, la necesidad de apostar cantidades crecientes de dinero para conseguir excitación así como la persistencia en esta actividad con el fin de intentar recuperar el dinero perdido, son dos de los síntomas o criterios que pueden indicar que existe una conducta problemática o patológica.

Diego Torre, diagnosticado como adicto al juego comenta: “Depende si has empezado hace mucho o hace poco, los que llevan mucho tiempo y saben cómo funciona el sector sí que ganan bastante dinero”. No obstante, esta visión, común entre los jugadores, contrasta con la opinión de Montserrat, quien indica que los juegos de azar están para perder, nadie gana a la banca porque precisamente de eso subsiste. 

Durante las primeras semanas o meses tras la adicción, los individuos en ocasiones no pueden manejar su propio dinero. Se les debe de sacar del contexto en el que viven mediante el apoyo de su círculo más cercano hasta que la persona vuelva a tener fuerza suficiente por sí misma. El Ministerio de Sanidad del Gobierno de España indica que en 2018, un 7,4% de la población total comprendida entre 14 y 18 años jugaron dinero online y presencial, más concretamente el 12,4% de los hombres y el 2,9% de las mujeres. De los cuales un 6,9% lo ha hecho apostando más de 300 euros, mientras que un 47,3% lo ha hecho jugándose cantidades menores a 6 euros. Consecuentemente, también resalta que en ese mismo año, 

El estudio previamente mencionado Informe Especial sobre el juego y los Menores en Aragón indica que en el ámbito social y económico la adicción al juego puede llevar a adquirir deudas, no llegar a fin de mes, cometer actos ilegales (robos, etc…) y pérdida de reputación y de credibilidad frente a las amistades. Por otro lado, el mismo artículo revela que en el factor laboral la ludopatía puede conllevar los siguientes problemas a la persona que la padece: desatención de responsabilidades, incumplimiento de horarios y mentir. Esto sucede cuando se es incapaz de dejar de jugar a pesar de los problemas económicos que se ocasionan y de los daños que se producen a nivel individual o familiar.

Los anuncios sostienen gran parte de la culpa por la cual un joven puede volverse adicto al juego, estos están prohibidos por ley en ciertos productos, sin embargo, continúan apareciendo de manera subliminal en televisión y en otros tipos de publicidad. Tras un decreto emitido por el Ministerio de Consumo, Alberto Garzón decretó a mediados de 2021 que los equipos deportivos no podrán poseer publicidad relacionada con casas de apuestas en sus camisetas además los anuncios de juegos de azar quedan relegados al horario de madrugada.

Los peligros de la adicción

El juego descontrolado acarrea peligros constantes, no solo para el sujeto sino también para sus familiares y amigos, Álex Martínez, ex adicto al juego, expone:” Empecé a mentir a mis amigos y a mi familia. Les engañaba sobre donde estaba, la hora a la que llegaría a casa y sobre las cantidades que apostaba.” De tal manera, la pérdida de dinero se va acrecentando entre los jugadores mediante la participación en torneos, hasta que llega un momento en el que es insostenible, se comienza a perder dinero e incluso a deberlo. La bola se va haciendo más grande progresivamente. En estas ocasiones y como menciona la psicóloga Guerra, los autotest disponibles en Google son una gran alternativa para un diagnóstico rápido que sirva de precedente para la posterior visita a un especialista cualificado.

El riesgo viene también debido al cambio de conducta que pueden sufrir los individuos, actuando de manera irracional y violenta tras perder una apuesta. Guerra explica que la mayor parte de los jóvenes están enganchados al móvil, jugando en las reuniones sociales y pendientes de cualquier resultado deportivo. Asimismo, también recalca cómo la conducta de los jóvenes se ve alterada negativamente con gestos violentos argumentando que hay un cambio de actitud cuando no les salen los resultados, incluso comportamientos violentos, gritos, incomprensión.

Empiezan a hablar de apuestas y de créditos. Sobre todo se presentan notables picos emocionales.  Para Miguel Corrales, camarero del establecimiento “La Parada”, uno de los múltiples salones de apuestas que hay en Cantabria, la violencia es uno de los principales riesgos con los que tratan habitualmente, especialmente en procedimientos de apuestas como el de la ruleta o el de las máquinas de juego, donde ha habido casos en los que algún jugador ha llegado a romper pantallas e incluso amenazar al personal. 

La aceptación del problema es uno de los mayores retos para el paciente, ya que no quieren abandonar aquello que forma parte indispensable en su rutina, quieren seguir jugando y ganando para amortizar el gasto previo. La solución es no volver a jugar. Aun así, esta tarea puede llegar a  resultar complicada gracias a la disposición de los cajeros y puntos de extracción de dinero, los cuales están colocados estratégicamente cerca de salones y casas de apuestas.

Como dejar de ser adicto

Abandonar una adicción nunca es sencillo, la dependencia generada es difícilmente reversible de manera particular, por ello la aceptación del problema así como el entendimiento de este por parte del entorno es crucial para ello. La doctora Guerra declara que lo primero es entender los estímulos desencadenantes, porque la ludopatía es una adicción inocua, en ocasiones solo puedes detectarla cuando se presentan las consecuencias.

Eso la hace a veces incluso más peligrosa que el resto de adicciones ya que puede suponer la fragmentación económica de una familia. Posteriormente, una vez conoces la conducta se debe analizar cuales son los motivos que llevan a un individuo a jugar. “Se desarrolla cuales son los estímulos que le generan a esa persona la necesidad de jugar, como pueden ser la necesidad económica o la pérdida de empleo.” Finalmente Guerra afirma que se tienen que ir solucionando poco a poco esos problemas de base,  al mismo tiempo, la persona debe ser consciente de que tiene un problema y es importante recalcar el peso que tiene contar con un apoyo social que pueda cubrir las necesidades del individuo.

La situación de cada persona, sumado a su entorno y el tiempo que lleve con el problema son algunos de los factores clave para la gestión del enfoque de una rehabilitación. Mayoritariamente depende de si la ludopatía es el síntoma principal o si por otro lado forma parte de la sintomatología complementaria de un problema mayor. “Durante los primeros 3 o 5 meses se trabaja intensamente para diagnosticar cuales son los problemas y afrontarlos con la mayor rapidez posible” , asevera Guerra

. Seguido de esto viene una fase de mantenimiento para dejar de lado los impulsos del paciente. Para finalizar, es cada individuo quien elige si continuar asistiendo al psicólogo de forma periódica o si por otro lado se ve preparado para afrontar una vida con normalidad de nuevo por su cuenta. El ex adicto Martínez afirma: “Durante el tiempo que tuve el problema, fue mi familia, sobre todo mi novia, quien me impulsó a pedir ayuda profesional. Con su ayuda conseguí dejarlo en menos de un año.”

La ludopatía en relación a otras adicciones

La ludopatía es vista en ocasiones como un problema menor, infravalorada por la población, sin embargo sus síntomas están a la altura de grandes adicciones como el tabaco o el alcohol. Montserrat Guerra recalca que cuando ves a alguien fumar huele a humo pero que sin embargo la ludopatía no se puede apreciar a simple vista. “Solamente cuando se presentan las consecuencias es peligrosa, porque antes estaba más  relacionada con hombres muy adultos pero ahora la accesibilidad es total” termina exclamando Guerra.

La ludopatía conlleva una gran cantidad de peligros que contrastan con la facilidad 

con la que se puede caer en dicha adicción. Tratarla es complejo y requiere no solo del propio paciente sino de las condiciones sociales que le rodean. Las cantidades económicas manejadas son disparatadas y la edad de quienes apuestan debe ser una preocupación principal para toda la ciudadanía.

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