Los pequeños negocios siguen en pie a pesar de los cambios generados, en el comercio, con la llegada de internet y los grandes establecimientos
En estos últimos años, con la llegada de internet y de las ventas online, se ha ido dejando de lado el comercio local, y el pequeño comercio en general. No solo las compras online, sino también, los grandes almacenes o las grandes tiendas que logran poner en venta mucho género a un bajo precio, como es el caso de Primark o Shein provocan este descenso de ventas en el pequeño comercio.
En el pequeño comercio, como nos comenta Ana Parra, de la lencería Satén; un pequeño establecimiento ubicado en la calle Rualasal 3, en Santander- “ se notan las consecuencias de la llegada de las ventas online, la gente compara mucho los precios, en internet hay mucha oferta y es muy fácil de comparar”.
Por otro lado, habla sobre una de las desventajas que ella ve en las compras online, especialmente en su sector, “en lencería el producto debe encajar bien, por internet es muy difícil saber si te sentará bien, no tienes la facilidad de probarlo y ver cómo te queda.”
La desaparición del pequeño comercio se hace notar, principalmente en tiendas de sectores muy concretos. Como nos hace llegar Ana, en su zona ya son varias las tiendas que han tenido que cerrar sus puertas estos últimos años, “ha cerrado una aquí al lado que había de tallas grandes, también una tienda especializada en embarazadas, que era la única de Santander y ha tenido que cerrar”.
Siguen en pie
A pesar de las grandes competencias, son muchas las pequeñas tiendas que siguen funcionando, y evolucionando para poder contar con clientes, tanto nuevos como habituales. Satén, como muchas otras, contará pronto con su propia página web, con idea de “mostrar el producto que tengo al público y que así pasen por la tienda, no por intentar vender por internet.”
Si hay algo con lo que no puedes contar por internet es con la ayuda de alguien que te asesora en las compras. “Yo creo que mi fuerte es la atención personal y el asesorar y eso por internet es muy difícil”, afirma Ana Parra.