El éxito de la isla de las tentaciones, programa de Telecinco, demuestra la indudable realidad de que vivimos en la sociedad del morbo
El morbo, por mucho que la sociedad pretenda negarlo, es una parte intrínseca de nuestras vidas. Los humanos somos animales sociales, vivimos de compartir, de reunirnos. Básicamente de conectar entre nosotros.
A lo largo de la historia la humanidad ha ido avanzando en muchas cosas; sin embargo, ese sentimiento de superioridad moral al compararnos con los demás o aquellos que consideramos inferiores en algún aspecto, ha permanecido inmutable.
Han bautizado a la era actual como la de la tecnología, la del conocimiento. A las personas nos gusta sentirnos inteligentes, es un hecho innegable. Por ello, no es tan sorprendente descubrir que los programas televisivos de mayor audiencia parecen ser aquellos protagonizados por personas que no se categorizan como intelectuales.
Las comparaciones son odiosas, dicen. O, en este caso, creo que no.
El experimento
Llevada por la curiosidad y, para qué negarlo, el morbo, decidí salir a la calle y preguntar a los propios ciudadanos de a pie lo que piensan ellos del programa del que todo el mundo sabe todo pero nadie ha visto nada: La Isla de las Tentaciones.
Para aquel que desconozca a estas alturas el formato del programa, este consiste en varias parejas que van a una isla, son separados, y tienen que demostrar su amor por el otro no dejándose tentar por aquellos que el programa pone para hacer de serpiente. En otras palabras, un experimento social cargado de drama, manipulación y mucha falta de comunicación.
Fue curioso observar que la primera reacción de la gente al escuchar el objeto de las preguntas era reírse. Una risa de esas que dice “ah, sé de qué me hablas” sumado a un “señor que vergüenza” y coronado por un “esto va a ser divertido”. Hubo algún huidizo que, tras aquella risa, prefirió no contestar a las preguntas; sin embargo, la gran mayoría parecía más que dispuesta a dar su opinión.
Respuestas como “entretenimiento palomitero”, “falso”, “absurdo” o “vergüenza ajena” son las más escuchadas a la pregunta ¿qué opináis sobre el programa? Aparentemente, todos afirman ser consciente de la manipulación que hay detrás y consideran el formato carente de valores.
A su vez, ninguno se plantearía ir, a excepción tal vez de uno o dos, y simplemente si recibieran una generosa suma de dinero a cambio. Otros prefieren la tranquilidad moral y mantener intacta su imagen.
Sin embargo, es la última cuestión que planteé la que verdaderamente llamó mi atención. Ante la pregunta ¿qué consideras que dice de nuestra sociedad que un programa de este estilo tenga tanto éxito? la unanimidad fue asombrosa: vivimos en la sociedad del morbo.
Las conclusiones
La gente parece encontrar indignante este tipo de programas, llenos de gente que ellos mismos califican de absurda y falsa, con un formato cargado de manipulación, y unos fines un tanto cuestionables. Y todo ello justificado en nombre del entretenimiento.
Aun así, nadie se extraña del éxito de estos programas. Y eso se debe a que la respuesta es tan obvia, que nadie se plantea la pregunta.
Porque, como bien he mencionado en el texto con anterioridad, las comparaciones son odiosas hasta que nos encontramos en el plano superior.