“Todo a la vez, en todas partes”, una lucha generacional entre multiversos, hijas y madres

Los Daniels nos presentan una película de acción, universos absurdos, problemas madre e hija y sentimiento de culpa inmigrante

La vida tiene pocas certezas, como la muerte, los impuestos, lo complicadas que son las relaciones con las hijas y el lavado interminable de la ropa, pero la película «Everything Everywhere All at Once» de los directores Daniel Kwan y Daniel Scheinert explora más allá de lo cotidiano.

Michelle Yeoh interpreta a Evelyn Wang, una dueña de lavandería cansada de su trabajo y del IRS, que se ve envuelta en un viaje interno y metafísico a través de universos paralelos después de ser visitada por una versión de su esposo de otra dimensión. La película es una carta de amor al cine de género, con referencias a películas icónicas del cine de acción como «The Matrix», «2001: A Space Odyssey» y de películas del género de las artes marciales como «Crouching Tiger, Hidden Dragon», y tiene secuencias de lucha impresionantes coreografiadas por Andy y Brian Le.


El ritmo vertiginoso del editor Paul Rogers coincide con el diálogo frenético del guion, con capas de universos que se unen simultáneamente mientras impulsan el viaje interno de Evelyn. Los cortes coincidentes conectan a la perfección los universos, que pueden ser lúgubres, realistas e incluso ser uno con seres humanos con perritos calientes como dedos.


A medida que la relación de Evelyn y Waymond va y viene en iteraciones a través de los multiversos, es su hija Joy quien demuestra ser el eje central del carácter sentimental de la película. En una actuación verdaderamente destacada de Stephanie Hsu, Joy representa una creciente división generacional de los inmigrantes de primera generación y sus hijos. Joy lleva el peso de la relación fracturada de Evelyn con su abuelo y las decepciones de un sueño americano no alcanzado. Sus rarezas son tan confusas para su madre como el país americano cuando ella llegó por primera vez.

Su falta de rumbo es una decepción aun mayor debido a todo lo que se sacrificó para que ella tuviera más opciones en la vida de las que ella tuvo en su país natal. Esta presión se manifiesta en una rebelión tan grande que se extiende más allá de los multiversos hacia un reino donde un panecillo gigante se cierne como un agujero negro listo para succionar a todos hacia el vacío.

Si el vacío surge de la combinación del trauma generacional y el rechazo a lo distinto, los Daniel postulan que eso se puede revertir a través del amor incondicional, pero solo si elegimos la compasión y la comprensión sobre el juicio y el rechazo. El caos reina en el mundo y es posible que la vida solo tenga sentido en momentos fugaces, pero son esos momentos los que debemos apreciar. Momentos de amor y familia. A veces suceden con el tiempo. A veces suceden todos a la vez y en todas las partes.

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