El café santanderino se caracteriza por un ambiente tranquilo y una compañía inmejorable en pleno centro de la ciudad
La ciudad de Santander acoge una propuesta de negocio diferente y novedosa. Y es que abundan los sitios para tomar el café rutinario de las mañanas o ir a merendar al salir del trabajo, pero, ninguno ofrece la oportunidad de compartir el amor por los animales. En el nuevo espacio abierto por Jean Romero Reyes (Catfé) podrás disfrutar de estos momentos, como también ayudarás a muchos gatitos sin hogar que necesitan de tu afecto.
Catfé es el nombre que recibe este agradable espacio que te permitirá establecer contacto con los felinos más cariñosos de Santander. Nos acercamos a la Calle Guevara número 12, para saber más sobre su historia, el secreto de su éxito y conocer a los gatos que harán de tu visita el momento más especial y único del día.
El proyecto surge con la iniciativa de concienciar a la gente de la importancia de adoptar animales y no comprarlos. Es cierto que, como nos cuenta Jean Romero, todavía hay un gran colectivo de personas que cree que los animales son objetos que se pueden comprar. Pero no nos asustemos, este pensamiento no es generalizado. También hay días en los que siente una satisfacción plena por lo que hace al recibir mensajes de felicitación “siento que estoy haciendo algo que la gente si que valora”.
Jean Carlos, fundador de Catfé, recuerda con cariño los dos primeros gatos que recogió de la calle al preguntarle cómo surgió la idea de abrir este negocio. “Surge unos años atrás cuando me encontré unos gatos y me los quedé en casa. A medida que iba encontrando más me salió ese afán de querer ayudarles”. Jean Carlos vivía en ese momento en un ambiente laboral que no le gustaba, “estás descontento, llegas a casa todos los días y estás fatal. Quería hacer algo que me llenase”. Además, cuenta que se inspiró en un local que visitó en Viena en un viaje que realizó a Austria con su pareja “Allí había una cafetería de este estilo y como aquí no había nada pensé en qué podía hacer para traerlo. Me puse a investigar que hacía falta para tener los gatitos y como vi que se podía hacer, seguí adelante”.
En tan solo cuatro meses, doce gatos de los dieciséis que han pasado por Catfé ya han sido adoptados. Y la pregunta es: ¿quién podría resistirse a estos adorables felinos tras una agradable experiencia en su compañía? El propósito que se plantea a medio plazo es poder acoger más gatos, “a medida que vaya yendo la cosa mejor intentaremos meter más, porque eso influye en que haya menos gatos fuera en la calle”.
Después de la visita nos ha quedado claro lo que implica tener un modelo de negocio diferente y el esfuerzo que supone. Hemos aprendido que hay que sentir pasión por lo que uno hace. Y sobre todo, que la adopción es fundamental.