Magpie Vintage: «La moda vintage ya es una forma de consumo»
Recorro las calles de Madrid y solo soy capaz de centrar mi atención en las prendas que ahora llevan los jóvenes (y no tan jóvenes). Corsés, corbatas, denim, cargo… Prendas exclusivas que no ves en cualquier tienda y que sabes que no van a ser fáciles de encontrar o replicar, prendas que le dan otro rollo al look y al estilo que defiendes. Es el hype de la moda vintage y de la moda circular.
Hasta hace un tiempo, asociábamos lo vintage con lo “viejo”. Sobre todo, generaciones más adultas no se planteaban llevar algo que hubiese vestido otro cuerpo, otra persona. “¿Estamos locos?” Ahora, nuestros armarios se llenan de prendas que otros han tenido antes en el suyo. Y no solo la gente “corriente” es consumidora de esta tendencia. Las celebrities en las que nos inspiramos cada día se han convertido también en sus mayores defensoras. Claro, que con prendas mucho más exclusivas y que ya forman parte de las grandes “joyas” de la historia del cine o la televisión. A los seguidores de la Met Gala no nos será fácil olvidar el vestido joya que lucía Kim Kardashian, vestido con el que Marilyn Monroe le cantaba Cumpleaños feliz en el Madison Square Garden a John F. Kennedy, y que le hizo convertirse en apenas segundos en trending topic en Twitter y ocupar el foco de todos los medios durante días.
Ahora bien, como ocurre con toda tendencia, ¿Realmente nos gusta o simplemente seguimos la moda? “La moda vintage se va a consumir cada vez más y aunque el boom como tal se ha dado durante los últimos diez años, ahora ya es una forma de consumo, no una simple tendencia”, nos comentan desde Magpie Vintage, un espacio en el que encontramos ropa, accesorios y objetos vintage de diferentes décadas. “Es cierto que cada momento tiene su prenda o complemento más buscado. Por ejemplo, en este momento del año, cuando se acerca el verano, las camisetas son la prenda que más vendemos, ya sean de deporte, de los 90´s, de algún grupo musical o determinadas marcas como Stussy”.
Malasaña, el barrio en el que se sitúa este espacio, es indiscutiblemente el centro de la moda vintage, pero esta cultura se ha extendido rápidamente a otros barrios de Madrid. Magpie se ajusta a los gustos de un público muy variado y aunque siempre han tratado de seguir las tendencias, no han dejado de lado otros estilos. El factor de que las influencers lleven ahora prendas vintage también ha motivado a que gente que nunca antes hubiese llevado ropa de segunda mano se atreva a hacerlo. “Al principio la gente que venía a comprar ropa de segunda mano lo hacía por el precio. Notamos que a día de hoy esto ha cambiado. Lo que realmente le gusta a la gente cuando va a una tienda vintage es no saber lo que se va a encontrar…, y si descubre una prenda especial a un precio muy bueno se vuelve adictivo”.
Podemos pensar que este modo de ver la vida es algo de lo que presumir, pero estamos equivocados. “Las convicciones no se presumen, guían nuestro hacer diario”. Comprar ropa fabricada en épocas en las que la calidad era lo importante y evitar el fast fashion debe preocuparnos realmente. “La moda vintage es una nueva alternativa que debemos escoger a la hora de comprar cuando necesitamos ropa, y hago incapié en el necesito ropa y no en el quiero ropa”.
Preguntamos a Magpie que creen que falta todavía por hacer en la moda vintage y como podemos crear más comunidad y los mercadillos de intercambio son su principal apuesta, “nos parece una alternativa muy divertida y mucho más económica”. Y es que todos tenemos montañas de ropa que no usamos y que podría usar otra persona.