A menudo envolvemos a los mochileros en un halo de estereotipos simplificando una cultura de viaje más longeva que el turismo moderno
La mochila a la espalda es uno de los claros estereotipos de aquellos mochileros que reconocemos al instante en nuestra ciudad o cuando emprendemos viaje a otros enclaves. Espalda cargada, ropa cómoda y gasto bajo son tres de los pilares de quienes recorren el mundo bajo estas premisas.
Uno de los pilares que reconocen todos aquellos que viajan con su mochila es la libertad de movimiento que permite el hecho de no estar encorsetados por guías turísticos, viajes programados o billetes de conexión con fecha fija. Y en lo que a mitos respecta, uno de los más destacables es el de los destinos caros y baratos. Podemos llegar a donde nos propongamos gastando poco dinero si tenemos claro el objetivo para disfrutar del viaje sin gastar gran parte del presupuesto en extras innecesarios.
En cuanto a la ropa, uno de los errores que se cometen en los primeros viajes es llevar excesivas prendas de cambio, llegando a acumular un peso excesivo para movernos continuamente. Una vez que aprendemos de los errores, lo eficaz es lavar la ropa repetidas veces durante el viaje y comprar ropa en los destinos. Pues en mercados locales de países como Tailandia, India o China se puede encontrar textil a bajos precios y cumplir los códigos de vestimenta que se imponen para visitar ciertos lugares.
Sumergirte en la cultura local
Adentrarte en la cultura y tradiciones de los países que visitas significa ver más allá de las atracciones turísticas del mainstream. Existen muchas opciones para lograrlo, pudiendo alojarte en casas a cambio de realizar tareas, recorrer las ciudades a tu aire y deteniéndote a disfrutar de las pequeñas cosas o hablar con los autóctonos para saber más acerca de su día a día. No existe una fórmula exacta, pero dejarte llevar por tu ritmo es esencial para asimilar y percibir lo que te rodea.
Por otro lado, uno de los errores comunes es querer ver una gran cantidad de sitios, siendo esto más caro y a la larga aumenta la sensación de agobio o ansiedad. Si, en cambio, aprovechas para conocer en profundidad cada rincón sin pensar en la próxima parada, te darás cuenta de que vives mejor la experiencia y el presupuesto final será más bajo.
Como reflexión final, cabe recordar que no existe un manual de reglas para viajar de mochilero y que eres dueño de tu propio camino, así pues, ábrete a descubrir nuevas culturas y a conocerte mejor a ti mismo en el camino.