La moda tiene que ser utilizada de manera que no perjudique al medio ambiente, de una forma sostenible y ética
El movimiento del slow fashion se ha convertido en una tendencia creciente en la industria de la moda. La filosofía detrás de este movimiento es simple: la ropa debe ser producida de manera ética y sostenible, con una mayor atención al impacto ambiental y social de la moda rápida y de baja calidad.
En contraste con la producción masiva y rápida de la moda convencional, este movimiento se centra en la calidad, la durabilidad y la producción ética y responsable. Esto significa que se utilizan materiales sostenibles y se promueve una producción local, lo que reduce la huella de carbono y apoya a las comunidades locales.
Además, también promueve la reutilización y el reciclaje de prendas de ropa, lo que ayuda a reducir los residuos textiles y a prolongar la vida útil de la ropa. En lugar de seguir las tendencias de la moda, fomenta la creación de un guardarropa intemporal y de alta calidad, compuesto por prendas que pueden ser utilizadas en múltiples ocasiones y que no pasan de moda rápidamente.
El slow fashion se centra en la calidad y la durabilidad, promueve la producción sostenible y ética y reduce el impacto ambiental y social de la moda rápida y de baja calidad. Este movimiento ha ganado una gran cantidad de seguidores en los últimos años, y su creciente popularidad sugiere que cada vez más personas están dispuestas a invertir en prendas de ropa que duran más tiempo y tienen un menor impacto en el planeta.