La igualdad de la mujer frente al hombre en el ámbito deportivo es a día de hoy un asunto pendiente

Mujer y deporte, dos conceptos que hasta no hace mucho tiempo parecían incompatibles. A medida que avanza el tiempo, la situación va mejorando, pero es innegable que existe una desigualdad, notoria en unas disciplinas, más que en otras. Pese a que siempre se ha asociado el deporte a la figura del hombre, hay excepciones donde el número de mujeres que practican ciertos deportes es mayor que el de los hombres.

Uno de los ejemplos más claros es sin lugar a duda el fútbol. Extrapolándolo a los medios de comunicación, la cobertura mediática que se le da al fútbol masculino, es infinitamente superior al femenino. El motivo por el que esto sucede es económico, el fútbol masculino genera muchísimos más ingresos, solo hace falta analizar los grandes datos de audiencia que aporta. Esos buenos datos se convierten en grandes ingresos para los patrocinadores y por ende para los propios futbolistas. Por lo tanto hay más futbolistas hombres que mujeres, aparte de por otras múltiples razones.

En contraposición, hay diversos deportes que se asocian más al género femenino, y analizándolos la mayoría de ellos, tienen en común un aspecto, que están relacionados con el baile. Entre los ejemplos se encuentran: la gimnasia rítmica, la natación sincronizada, el ballet,… Todos ellos son practicados en su mayor parte por mujeres. Esto se debe a una cuestión cultural y social que relaciona este tipo de deportes donde la estética prima por encima de la fuerza y por lo tanto son más propios de las mujeres y no tanto de los hombres.

En definitiva, la igualdad absoluta en el deporte a día de hoy sigue sin ser una realidad, pese a que poco a poco se avance y surjan nuevos proyecto que así lo impulsen como es Universo Mujer de Iberdrola. Aun así se necesitan muchos más cambios para llegar al objetivo

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